El índice S&P 500 en el ámbito financiero, destacando su relevancia y rendimiento histórico. Se enfoca en sus características, beneficios y limitaciones, abogando por una diversificación más amplia en las inversiones para mitigar riesgos y maximizar retornos. Se concluye que, aunque el S&P 500 es crucial, una estrategia de inversión exitosa debe incluir una variedad de empresas y mercados.
Quien incursiona en el mundo financiero se va a topar más temprano que tarde con el famoso índice S&P 500. Basta con entrar a una página de noticias financieras o poner Bloomberg en la televisión y rápidamente verán en pantalla el valor del índice en tiempo real, así como su variación diaria. Para muchos, este índice compone la totalidad de su portafolio de inversión.
Pero antes de evaluar los méritos del S&P 500 como inversión, primero respondamos lo siguiente.
¿Qué es el S&P 500?
Se trata de un índice accionario compuesto por 500 de las mayores empresas americanas, las cuales representan en su conjunto el 80% del valor del mercado accionario americano. La empresa encargada de determinar qué acciones componen esta prestigiosa lista es Standard & Poor’s (S&P por sus siglas), firma que muchos conocen por sus calificaciones crediticias en emisiones de deuda. Más allá de que existen muchas reglas por escrito para determinar qué empresas entran y cuáles salen del índice, la decisión final depende de un comité de expertos de S&P.
La metodología del índice es “market-cap weighted”, por lo que el peso de cada empresa en el índice se determina en función de su valor de mercado. Cuánto más valiosa la empresa, mayor peso tendrá en el índice. Actualmente la dominancia de las empresas tecnológicas se puede ver claramente al mirar las principales acciones del índice:
Fuente: BlackRock. Valores al 25/07/2023.
¿Qué retornos ha tenido el S&P 500?
El índice fue creado en el año 1957. Sin embargo, la serie de datos de retorno empieza mucho antes, en el año 1928. Por lo tanto, el retorno histórico de este índice incluye dos guerras mundiales, períodos inflacionarios, pandemias y crisis económicas y financieras de todo tipo.
El retorno anualizado del índice, medido en dólares americanos, fue el siguiente:
Fuente: Portfolio Visualizer para 10, 20 y 50 años, New York University para retorno desde 1928. Valores al 31/07/2023.
Entonces, ¿es buena inversión?
En Nantas creemos que sí, el S&P 500 es una buena inversión para el largo plazo.
La forma más sencilla de replicar los retornos de este índice es a través de un ETF cuyo mandato sea comprar las empresas que lo componen y que lo haga con bajos costos. El ETF más antiguo y conocido que lo hace es el SPY, administrado por la empresa State Street y con activos que totalizan 422 mil millones de dólares.
Además, los retornos de este índice han superado a más del 90% de fondos de inversión “activos” que tratan de superarlo, para períodos de 10 años.
Sin embargo, no estamos de acuerdo que las empresas de este índice compongan el 100% del portafolio de nuestros clientes. Invertir de esta forma sería concentrarse únicamente en empresas americanas y dejar de lado miles de empresas de decenas de países con mercados financieros muy desarrollados.
¿Acaso las grandes empresas de Europa, Japón, e incluso países emergentes como China, Corea o Brasil son menos atractivas que las americanas? Creemos que no. Todas ellas son empresas gigantes que hacen negocios a escala global, y no incluirlas en un portafolio sería, a nuestro entender, un error.
Para dar un ejemplo, si sólo invertimos en el S&P 500 no estaríamos incluyendo empresas como Nestlé, Samsung, Tencent, Louis Vuitton, Roche, Shell, Alibaba, Astrazeneca, Toyota, HSBC, SAP, Unilever, Siemens, Sony y L’oreal, Vale, Itaú, Petrobras, entre muchas otras.
Los problemas de concentrarse únicamente en el S&P 500
Más allá que los retornos de largo plazo han sido muy buenos, concentrarse únicamente en este grupo de empresas hubiese resultado en períodos largos de tiempo en los cuales la cartera tendría menores retornos que las empresas del resto del mundo, así como también largos períodos de tiempo con retornos negativos.
Una diversificación más amplia hubiese resultado en retornos similares y con un recorrido más tolerable.
El ejemplo más claro de esto es la década “perdida” del 2000 al 2009.
En esos 10 años, el S&P 500 tuvo un retorno anualizado negativo de -1,03%. Mientras tanto, las empresas de países desarrollados fuera de EE.UU. rentaron 1,24% y las de países emergentes un 9,82%. Incluso las empresas americanas más pequeñas también fueron un refugio, avanzando 4,36%. Es difícil encontrar un activo con un peor rendimiento en esos 10 años.
Sí, es cierto que los siguientes 10 años fueron asombrosos para el S&P 500, con un retorno anual del 13,30% que superó a la mayoría de los activos. La pregunta es, ¿quién hubiese mantenido la convicción luego de 10 años de retornos negativos?
¿Qué porcentaje del portafolio es recomendable destinar al S&P 500?
Primero es importante mencionar que seguir el índice S&P 500 no es la única manera de poseer estas grandes empresas americanas. Perfectamente se puede incluirlas en el portafolio a través de un fondo más abarcativo que compre todas las empresas americanas, grandes o pequeñas, o que adquiera las grandes empresas del mundo desarrollado. Un ejemplo de esto es el índice MSCI World, del cual escribimos en un artículo anterior.
Con esta aclaración, creemos que un peso razonable dentro del componente de acciones en un portafolio para estas empresas es entre 30 a 70% del total. Esto está en línea con el peso de estas empresas en el mercado accionario mundial, del 50% aproximadamente. En Nantas favorecemos un peso por debajo del 50% para poder inclinar los portafolios hacia empresas más pequeñas y baratas.
Conclusión
Las empresas que componen el S&P 500 son las más importantes de EE.UU. y representan un 50% del valor del mercado accionario global. Incorporar estas empresas en el componente de acciones del portafolio es prácticamente inevitable.
Sin embargo, un portafolio bien diversificado debe incorporar, en nuestra opinión, miles de empresas que no están incluidas en este índice.
Rodrigo Cancela, CFA
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