Invertir en Acciones durante el Retiro: ¿Demasiado Riesgoso o Necesario para el Éxito Financiero a Largo Plazo?
Existe la noción, especialmente en Latinoamérica, de que invertir en acciones es demasiado riesgoso. Se las suele considerar como una inversión para personas jóvenes, que pueden soportar perder dinero, o para aquellos que le gustan las apuestas. Sin embargo, para alguien en edad de retiro o acercándose al mismo, se las suele ver como demasiado riesgosas.
La verdad no podría estar más lejos.
Poseer acciones, o, dicho de otra forma, ser dueño de las principales empresas del mundo, nos ofrece tanto protección contra la inflación como crecimiento a largo plazo. La inversión en acciones de forma diversificada ha sido una de las formas más seguras de hacer crecer el capital a lo largo de los años.
¿Por qué entonces se las considera tan riesgosas?
Una de las razones es que, vistas de forma individual, invertir en una o pocas empresas es de hecho muy riesgoso. Su precio fluctúa mucho y perfectamente podemos perder gran parte o incluso todo nuestro capital. El problema empeora si además estamos comprando y vendiendo estas empresas de forma frenética.
Gran parte de su riesgo percibido proviene de historias de personas que han invertido así.
Sin embargo, si se hace de forma sensata, diversificando en miles de empresas de todo el mundo, prácticamente eliminamos el riesgo de perder capital a largo plazo. Al invertir, no hay nada asegurado, pero hacerlo de esta forma es lo más cerca que podemos estar de garantizar un buen resultado con los años.
A pesar de esto, la noción de que las acciones son demasiado riesgosas persiste. La razón, en mi opinión, es que confundimos riesgo con volatilidad.
Riesgo =/= volatilidad
No existe una definición universal sobre qué es el riesgo. Usualmente en finanzas riesgo es sinónimo de volatilidad, definida como qué tanto varían los retornos de una inversión. Bajo esta óptica, inversiones más predecibles, como bonos del tesoro americano con vencimientos cortos, son menos riesgosas. Las acciones, mientras tanto, tienen mayor riesgo ya que sus retornos tienen una volatilidad considerable. Año a año es imposible predecir cuánto rentarán, por lo que el abanico de resultados es muy amplio en períodos cortos de tiempo. Medir el riesgo de esta forma tiene la ventaja de que lo podemos expresar numéricamente.
Reconozco los méritos de esta definición, pero creo que hay una consideración que debe tomar precedente: ¿cuál es el riesgo de incurrir pérdidas de capital permanentes? Porque, más allá de que una inversión pueda ser muy volátil, su posibilidad de perder capital a largo plazo puede tender a cero. Esto sucede con un portafolio de acciones diversificado. ¿Es esta realmente una inversión riesgosa? Yo creo que, si tenemos el horizonte de inversión adecuado, no lo es.
Pero para realmente entender si una inversión es riesgosa debemos considerarla junto con la meta para la cual invertimos. ¿Comprar una casa en unos años? En ese caso las acciones son riesgosas, y es mejor utilizar inversiones más predecibles como los bonos.
Ahora, si la meta de tu inversión es fondear tu retiro, el panorama cambia. Esta meta probablemente requiera generar un ingreso por los próximos 20 a 30 años, el cual deberá aumentar a medida que los precios de los bienes y servicios suben. En este caso, yo creo que el verdadero riesgo no es la volatilidad. El riesgo es obtener retornos inadecuados con tu capital y que por consecuencia el mismo se agote antes de tiempo. Esto puede suceder en caso de que tú, o tu pareja, vivan más de lo esperado, o bien porque la inflación haga que el costo de vida aumente rápidamente.
¿Cómo maximizar la posibilidad de un retiro exitoso?
La forma de hacerlo es a través de buenos rendimientos del capital, los cuales superen la inflación cómodamente. Esta es la forma de lograr un ingreso que no puedas extinguir, así como también, mantener el capital para la próxima generación.
Lograrlo requiere que una parte considerable del capital esté invertido en acciones. Desde el 1900 los bonos han rentado levemente por encima de la inflación, mientras que las acciones la han superado cómodamente por más del 5%.
El costo que hay que pagar para minimizar el riesgo en el futuro, es soportar la volatilidad de esta inversión en el corto plazo. Para eso, es bueno tener una parte del portafolio en bonos que podamos utilizar cuando las acciones atraviesen una baja temporal.
Lo difícil de este enfoque es que requiere tomar una visión de largo plazo y aceptar pérdidas en el corto plazo. Mentalmente, es un paso difícil de dar. Es por eso que muchos inversores, al enfrentarse al retiro, optan por portafolios demasiado conservadores.
Veámos los números
Analicemos un retiro iniciado en el 1995 en el que comenzamos con un capital de USD 1.000.000, retirando USD 40.000 el primer año (USD 3.333 por mes) y aumentando el retiro anualmente de acuerdo con la inflación en dólares. De esta forma, el retiro en el 2021 fue de USD 74.496 (USD 6.208 por mes).
De haber invertido todo el portafolio en bonos americanos de grado inversor, el portafolio hubiese crecido a USD 1.171.000, habiendo distribuido aproximadamente USD 1.512.000 a lo largo de los años.1
Con un portafolio invertido un 80% en acciones diversificadas globalmente, y un 20% en bonos del tesoro americano de corto plazo, hubiésemos generado los mismos retiros y alcanzado un capital final de USD 3.693.000, más de 3 veces superior. El crecimiento hubiese sido tal que, de desearlo, podríamos haber aumentado los retiros cómodamente.
Veamos ahora que sucedió para quienes empezaron su retiro en el 2000, uno de los peores años para hacerlo, ya que fue inmediatamente precedido por la crisis tecnológica y luego la crisis financiera.
Una vez más, el inversor en acciones finalizó el período en una posición mucho más sólida. Los retiros totales hubiesen sido de USD 1.154.000, mientras que el valor final es de USD 868.000 para el portafolio de bonos y USD 1.365.000 para el de acciones y bonos cortos. Una diferencia cercana a USD 500.000.
Tengamos en cuenta que este fue uno de los años más difíciles para iniciar un retiro. Prácticamente en cualquier otro período de los últimos 50 años la diferencia hubiese sido mayor.
En este caso, luego de 22 años de retiro, el inversor en acciones tiene un portafolio que podrá continuar produciendo el ingreso deseado sin riesgo de extinguirlo, mientras que quién invirtió únicamente en bonos pasó el punto de no retorno, y está en camino a extinguir su portafolio.
Es cierto, es altamente probable que el inversor en bonos pueda continuar sus retiros al menos por 10 años más, pero el capital que dejará para la futura generación será considerablemente menor. De tener la suerte de ser muy longevo, corre el riesgo de extinguir el capital dentro de 15 años aproximadamente.
Conclusiones
Dado el aumento en la esperanza de vida, es aconsejable planificar para un retiro de 30 años, especialmente cuando se trata de una pareja. Un período tan largo de tiempo requiere obtener un buen retorno con el capital para poder financiar un ingreso que a su vez irá creciendo con los años. La forma de lograrlo es invirtiendo en acciones durante el retiro. Portafolios demasiado conservadores ponen el riesgo el plan de retiro en los últimos años, especialmente para aquellas personas más longevas. Además, dejan un capital considerablemente menor para la próxima generación.
Un portafolio compuesto principalmente por acciones requiere tolerar una volatilidad muy superior. La misma no pone en riesgo el plan, pero emocionalmente es más desafiante. Disponer de una reserva de bonos es buena idea, así como contar con un buen asesor que te ayude a implementar el plan y adherirte a él.
Rodrigo Cancela, CFA
1. Fuente: Portfolio Visualizer. Portafolio de bonos: 100% Total US Bond Market. Portafolio de acciones: 19,2% US Large Cap, 13,0% US Large Cap Value, 13,2% US Small Cap Value, 10,4% Intl Developed ex-US Market, 7,0% International ex-US Value, 6,8% International ex-US Small Cap, 10,4% Emerging Markets y 20,0% Short Term Treasury.
Nantas S.A. es una empresa regulada y supervisada por el Banco Central del Uruguay, inscripta en el Registro del Mercado de Valores, Sección Asesores de Inversión.
Copyright © 2024 Nantas SA